La autora:
Carolina Andújar es caleña (colombiana) y es escritora. Es guapa y su pinta es la de una mujer vestida con ropa oscura, con los cabellos largos y negros. Aparenta ser una bruja en domingo de supermercado. Su descendencia se rastrea desde Hungría, cuando sus parientes huyeron de las guerras europeas a mediados del siglo pasado. He leído “Pie de bruja”, la última entrega que completa la trilogía “Carmina nocturna” (antes aparecieron “Vampyr” y “Vajda”), obras catalogadas dentro de la literatura gótica.
Carolina Andújar es caleña (colombiana) y es escritora. Es guapa y su pinta es la de una mujer vestida con ropa oscura, con los cabellos largos y negros. Aparenta ser una bruja en domingo de supermercado. Su descendencia se rastrea desde Hungría, cuando sus parientes huyeron de las guerras europeas a mediados del siglo pasado. He leído “Pie de bruja”, la última entrega que completa la trilogía “Carmina nocturna” (antes aparecieron “Vampyr” y “Vajda”), obras catalogadas dentro de la literatura gótica.
Mis intereses:
De un tiempo a esta parte he estado trabajando en un proyecto que me emociona mucho, digamos por ahora que lleva el nombre de “Las emociones y las brujas”. Básicamente se trata de hacer una psicología del acontecimiento, del imaginario y la búsqueda de mujeres reales para depositar la emoción histórica. La primera pregunta que he querido responder es “¿cómo se narra el acontecimiento de las brujas?”, con la respuesta quiero definir cómo aparece el imaginario hecho mujer perseguida en las historias -lo repito: en las historias con sus narrativas-; una segunda pregunta es “¿cómo se inoculó ese acontecimiento -y así se reconoce su espacio geopolítico y su justificación- a la modernidad que vivimos ora como celebración, ora como ritual pagano?”.
De un tiempo a esta parte he estado trabajando en un proyecto que me emociona mucho, digamos por ahora que lleva el nombre de “Las emociones y las brujas”. Básicamente se trata de hacer una psicología del acontecimiento, del imaginario y la búsqueda de mujeres reales para depositar la emoción histórica. La primera pregunta que he querido responder es “¿cómo se narra el acontecimiento de las brujas?”, con la respuesta quiero definir cómo aparece el imaginario hecho mujer perseguida en las historias -lo repito: en las historias con sus narrativas-; una segunda pregunta es “¿cómo se inoculó ese acontecimiento -y así se reconoce su espacio geopolítico y su justificación- a la modernidad que vivimos ora como celebración, ora como ritual pagano?”.
Mi tarea, entonces, fue de completa exploración. Alguien me recomendó la novela gótica de esta chica colombiana y me di una oportunidad. En 471 páginas se narra una historia que intenta ser aterradora pero que no lo consigue -quizá no es su objetivo en la historia, pero tiene todos los elementos para pretenderlo-. Me pregunto si me siento capaz de decir que le sobran al menos unas 100 o 150 páginas: la historia había terminado mucho antes de llegar al último párrafo; la prolongación de las microhistorias innecesarias las hace, según yo, imprescindibles. Por otro lado, me atrevo a decir que hay más de una voz narrativa, como si alguien además de la autora viniera a completar la cantidad de páginas que acompañan a muchas de estas sagas (sólo lo supongo).
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| Carolina Andújar |
Mi opinión:
No obstante, tengo que decir lo siguiente: Carolina Andújar escribe correctamente -muy bien diría yo-, la estructura narrativa se conserva en todas las largas tramas y quien se pierda en ellas quizá sea un lector despistado. Ella es noble con sus lectores; creo que así puedo nombrar este gesto técnico de su parte cuando cuenta una historia de brujas. Creo que otra de las virtudes de “Pie de bruja” es que tiene una ambientación suficiente que ayuda al lector a imaginar los escenarios de su lectura (aplausos para Andújar).
No obstante, tengo que decir lo siguiente: Carolina Andújar escribe correctamente -muy bien diría yo-, la estructura narrativa se conserva en todas las largas tramas y quien se pierda en ellas quizá sea un lector despistado. Ella es noble con sus lectores; creo que así puedo nombrar este gesto técnico de su parte cuando cuenta una historia de brujas. Creo que otra de las virtudes de “Pie de bruja” es que tiene una ambientación suficiente que ayuda al lector a imaginar los escenarios de su lectura (aplausos para Andújar).
Claramente no recomiendo la obra a mis amigos, a los que conozco como seres quisquillosos y sabios de la literatura gótica o de terror. Pero igual tengo amigos mortales (los que no se graduaron de la facultad de letras y toman pulque a diestra y siniestra) que además de ser jóvenes, les encanta las historias de largo aliento, una historia que les diga que la vida puede ser tan larga como se pueda y tan breve, aunque así no se quiera.
Brevedades del libro:
Ava es una niña que siempre quiso ser bruja y -¡anda la osa!- se da cuenta que lo es con el paso de los años. Slaven es el otro personaje, es el hijo del diablo, pero lejos de contener la maldad en el alma -si es que los descendientes del diablo pueden tener alma- es una persona que lucha contra las injusticias de quienes abusan de su poder como autoridades de un pueblo. Ava y Slaven se enamoran y junto con su trama amorosa logran vencer en la guerra de la maldad humana. Hay otros dos personajes -secundarios les llaman mis amigos sabios-, Nemeth y Branka. El primero es el párroco del pueblo que abusa de los niños y para callarlos dice que es una manera de sacarles el pecado del cuerpo -en la violación lo sufre más él aunque así no se crea-; Branka es la nana de Ava, quien es capaz de arriesgar su vida para proteger -y alcahuetear, qué si no- a la que considera su hija.
Ava es una niña que siempre quiso ser bruja y -¡anda la osa!- se da cuenta que lo es con el paso de los años. Slaven es el otro personaje, es el hijo del diablo, pero lejos de contener la maldad en el alma -si es que los descendientes del diablo pueden tener alma- es una persona que lucha contra las injusticias de quienes abusan de su poder como autoridades de un pueblo. Ava y Slaven se enamoran y junto con su trama amorosa logran vencer en la guerra de la maldad humana. Hay otros dos personajes -secundarios les llaman mis amigos sabios-, Nemeth y Branka. El primero es el párroco del pueblo que abusa de los niños y para callarlos dice que es una manera de sacarles el pecado del cuerpo -en la violación lo sufre más él aunque así no se crea-; Branka es la nana de Ava, quien es capaz de arriesgar su vida para proteger -y alcahuetear, qué si no- a la que considera su hija.
Me parece que entre estos cuatro personajes se desarrolla toda la historia, los otros que aparecen son recursos a los que acude la escritora constantemente para escapar de los aprietos técnicos en los que ella misma se mete.El final está de sobra, de hecho, creo que fue lo que tumbó la historia. Hay magia, romance, pasión, sexo salvaje y otras cosas muy bien narradas por la autora que la hacen cruzar ilesa el río.
¡No se mueran nunca!
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