martes, 31 de mayo de 2022

"Esos extraños prófugos de Occidente" de William Ospina

 

Dice William Ospina que siempre se es mejor lector antes que escritor. Tiene razón. Aunque hay genios rondando por ahí asegurando que les da pereza leer y prefieren escribir prolíficamente. No les creo. Ospina, mi maestro, lee con la lentitud necesaria a Rimbaud, Whitman, Dickinson, Byron, Faulkner y a Hölderlin. Después detiene su mirada en frases, en formas lingüísticas, en figuras poéticas y metáforas imposible de concebir sin la genialidad de esos prófugos de Occidente. Piensa en ellos, trata de entender lo que ahí dice, y lo que en el fondo está escondido, en esto mi maestro es un romántico ―incluso más que Nietzsche y el mismos Freud―. Entonces se dispone y comienza a golpear sobre el teclado de su computador.

viernes, 20 de mayo de 2022

"El hombre de Madrid" de Pedro Molina Temboury

 


Pues bien, Pedro Molina Temboury (Málaga, 1955) es un autor de novelas, escribe también poesía y teatro. Tiene en su estantería fabulosos libros de viaje que valen la pena leer como quien ahí está. Este señor conoce de punta a punta Europa y buena parte del resto del mundo. En fin, un viajero que a su vuelta escribe y escribe sin tomarse una pausa. Mi librero me consiguió esta hermosa edición de “El hombre de Madrid” (Alfaguara, 1989), un texto muy corto de apenas 164 páginas que uno puede leer un jalón; no fue mi caso, nunca es mi caso. Lo leía de noche, antes de dormir, tumbado en la cama después de terminar de hablar con la gente que me importa mucho. Con cada página trataba de dar con algún mensaje preciso que Molina quisiera comunicarme, y no, no encontré ninguno, más bien di con la voz narrador de Fausto ―un fotógrafo de notas provinciano que presume de cosmopolita―, que pasó de tener una vida tranquila en Madrid a convertirse en sospechoso de espionaje a favor de la URSS.

miércoles, 18 de mayo de 2022

 


“Lo veo a Eduardo Sacheri en la televisión pública argentina” me dice mi compañero de barra cuando le menciono que estoy leyendo “Lo mucho que te amé” (Alfaguara, 2019) de su paisano nacido en Buenos Aires en 1967, “su pulso en cada párrafo es lo que me hace seguirlo y seguirlo y seguirlo” insiste en esta última palabra y no me sorprende, yo podría decir lo mismo ahora que he llegado a la última frase del libro, tiene un poco menos de cuatrocientas páginas. Él, que también es argentino, de Mendoza, agrega algo más, “sospecho que algunas escenas de esa novela sucedieron en mi calle”. No le creo. No lo conozco, por eso no le creo. Sucede que me metí a Don Porfirio de por el Monumento a la Revolución aquí en Ciudad de México, quería ver un partido de futbol y ahí estaba él, o mejor dicho, ahí estaba yo y me preguntó si podía acompañarme al codo, que ya no había mesas sueltas. “Todos hemos sido, en cierto modo” lanzó un tanto melancólico, “Ofelia Fernández Mollé”. Afirmé con la cabeza para concederle.

lunes, 9 de mayo de 2022

Itinerario | 1

 


Ella llega tarde del trabajo. Escucho el sonido agudo de la llave girando, primero lentamente y después con insistencia para forzar el último torniquete de seguridad. Pongo puntos suspensivos en la pantalla que tengo delante y me lanzo con prisa a recibirla. Se ve tan bella incluso cuando no puede ocultar su cansancio. Ahí está, con diez centímetros más de estatura que yo, la encuentro parada en el recibidor, en cuanto enciende la luz la descubro amarrándose los cabellos y la ayudo a quitarse el saco negro que la protegió de la pringa que llenó su hombro de briznas delicadas. Justifica su retraso por un último café y una charla de pendientes, no, no está mintiendo. Le creo en todo caso. Me da un beso y sin más se tumba en el sofá que a veces quiero tirar por la ventana, se lo recuerdo, y en cada ocasión ella me advierte que de hacerlo me voy junto con el mueble en caída libre por una de las calles del Latin Quarter. Firmo la paz y ella me vuelve a besar.

lunes, 2 de mayo de 2022

 

Cuando Gerardo Ávalos Tenorio (México), profesor-investigador de tiempo completo en la UAM-X, se pregunta si existe una filosofía política en la obra de Karl Marx, responde que sí, pero es “materialista”, una “filosofía política materialista”. Esto significa lo siguiente: para Marx “el fundamento se encuentra en el ser humano con necesidades materiales ineludibles y en torno de las cuales ha de organizar su vida y su historia”. Cómo se puede llegar a esta conclusión: nuestro autor, reconocido como uno de los estudiosos más profundos de quien escribiera “La fenomenología del espíritu” en América Latina, estudia la obra de Marx a la luz de categorías hegelianas (lee a Marx de la mano de Hegel), esto quiere decir que la reflexión filosófica que lanza Gerardo Ávalos en su reciente libro “La filosofía política de Marx” (Herder, 2022) es sistemática.